Madrigal. Museo de Bellas Artes de Gran Canaria

El antiguo Hospital San Martín es un conjunto edificatorio complejo y de gran dimensión resultado de sucesivas modificaciones llevadas a cabo desde su inauguración en el siglo XVIII hasta mediados y finales del XX, obedeciendo siempre la lógica del proceso de crecimiento del edificio a la extensión de su “crujía matriz” en una u otra orientación en función de las necesidades de espacios y condicionantes urbanos y topográficos.

Dando respuesta a una demanda histórica de la ciudad de Las Palmas, se pretende ubicar en el Hospital de San Martín el museo de Bellas Artes de Gran Canaria, poniendo en funcionamiento un nuevo equipamiento capaz de articular los atractivos culturales de las cuatro grandes áreas del casco histórico de las Palmas situadas en sus proximidades: Vegueta, San José, San Juan y la orilla Sur del Guiniguada.

El hospital y su entorno deben permanecer a través de sus transformaciones. En sus arquitecturas la sociedad de Las Palmas se ha manifestado y se manifiesta. Por tanto, los nuevos planteamientos han de surgir de la necesidad de valorizar su proceso histórico tomando conciencia de los valores [histórico, arquitectónico, urbano, cultural, económico, etc.] que la sociedad canaria le atribuye en la actualidad.

Se aborda el proyecto de inserción del museo en el Hospital de San Martín desde una óptica patrimonial, transdisciplinar, en la que las intervenciones propuestas suponen otorgar un papel activo a la arquitectura contemporánea en la conservación, rehabilitación y valorización del edificio dando continuidad a la lógica de sus procesos de transformación y desarrollo en el tiempo.

La implantación de un uso de estas potencialidades en un entorno urbano tan caracterizado y asentado en sí misma es una actuación de calado. Por tanto, en lo que respecta a la caracterización del espacio público [mobiliario, rediseño de espacios, tratamientos y acabados, etc.] no se debe intervenir, la propia ciudad irá atendiendo de manera pausada y progresiva las nuevas demandas, si estas se producen.

En cambio en el entorno urbano inmediato y vinculado con los inmuebles degradados y los vacíos parcelarios que existen frente al edificio del Hospital y que conectan la calle Ramón y Cajal con la ribera del Guiniguada [calles Verdi, Clemente Jordán y Juan de Quesada] se plantea un espacio de oportunidad que se puede abordar en una operación en paralelo o con posterioridad a la implantación del nuevo museo.

Esta operación de calado urbano consiste en preservar la trama residencial de este espacio rehaciendo los inmuebles ruinosos como usos vinculados al museo: residencia y talleres para artistas, espacios para la formación y difusión del museo, etc. De esta manera se relaja la densidad programática dentro del edificio del museo a la vez que se mantienen los valores de uso de las distintas piezas del conjunto urbano. Para los vacíos se propone la implantación de infraestructuras urbanas de conexión entre las cotas del rio y el museo, de aparcamiento para su personal y de espacios libres vinculados a actividades que pueda fagocitar la implantación de este en la zona [mercadillo del arte, exposiciones y actividades al aire libre, etc.].

La implantación del nuevo uso cultural como museo en el edificio se hace partiendo y poniendo en valor la estructura matriz del conjunto. Su crujía, desarrollada entre muros de carga poderosos, va conformando una sucesión espacios más cerrados, articulados por otros más abiertos, patios y galerías. Esta distinción primaria basta, a nivel conceptual, para la implantación del uso museístico: los espacios encerrados en la crujía serán las salas (caja blanca) que albergarán los bienes expuestos bajo un control exhaustivo de las condiciones climáticas; los espacios más abiertos serán de circulación, descanso, interpretación y exhibición de contenidos (sin exigencias de control climático).

A partir de este primer planeamiento se articula una implantación funcional que hila la continuidad de estas crujías en sus distintos niveles y cotas, estableciendo los recorridos a través de las distintas zonas expositivas del museo: exposición permanente y exposición temporal confluyendo ambas en la tercera y cuarta planta, a nivel ya de las cubiertas, en una Mirada al Paisaje Histórico Urbano de la ciudad de las Palmas, conformando ésta, parte intrínseca de los bienes del museo.

En torno a los espacios troncales del museo [expositivos], se articula el resto del programa funcional del conjunto:

Los de acogida al público vinculados con la entrada principal del museo, entre los que destaca la iglesia del antiguo hospital que mantiene su actual jerarquía [monumental] funcionando como “sala de presentación del museo” capaz de acoger parte de la programación cultural de la futura institución tal y como lo viene haciendo en la actualidad [conciertos, presentaciones, recepciones, etc].

El resto de espacios de servicios se van articulando en torno al desarrollo de las circulaciones “cuasi urbanas” del conjunto que se recuperan y ponen en valor como ejes estructurantes del museo. Estas conectan los distintos accesos al edificio, lo que permite versatilidad de uso a espacios como la cafetería-restaurante, la zona DEAC o el salón de actos, a los que se podría acceder desde la calle Real de San Juan. Estos recorridos se desarrollan en paralelo a los del interior de las zonas expositivas lo que también confiere versatilidad y flexibilidad a la hora de plantear la museografía pudiendo acotar, seleccionar y/o sectorizar su capacidad de las exposiciones.

Para las áreas técnicas del museo se inserta una pieza de nueva planta que sustituye a las prexistencias de menor calidad arquitectónica fruto de las últimas ampliaciones y transformaciones del antiguo hospital a mediados del siglo XX. La nueva pieza se conforma siguiendo la lógica de crecimiento del resto del conjunto con el desarrollo de la crujía matriz, ahora desde una concepción contemporánea y una ineludible vocación plástica.

La configuración arquitectónica propuesta pasa necesariamente por la “limpieza” de las crujías originarias de la edificación y su acondicionamiento museográfico y funcional. Sobre estas se plantea la construcción de una cubierta ligera que gravita sobre las piezas pesadas originales. Esta nueva cubierta se plantea como una pieza de plástica contemporánea y factura artesanal que enraíza su formalización y construcción en la tradición gran canaria del calado y la caña o cestería.

Se trata de una pieza ingrávida capaz de posarse sobre las existentes de manera auto portante, protegiendo de la intemperie e iluminando los espacios entre las salas e itinerarios del Museo a la vez que conduce las instalaciones que el nuevo uso demanda. Su materialización y diseño se han proyectado desde criterios de sostenibilidad, durabilidad y economía de ejecución y mantenimiento.

El acondicionamiento museográfico de las salas de exposición se proyecta partiendo de la premisa de “caja blanca” planteada por las bases del concurso. Estudiando el diagrama climográfico de la ciudad de Las Palmas y las condiciones climáticas requeridas para la óptima conservación de las obras, se plantea un sistema que mantenga el “valor” del vano como elemento de transición interior-exterior, por tanto, configurador a nivel urbano de la imagen del conjunto. Sobre esta premisa se propone un sistema de climatización individualizado por salas utilizando el hueco del vano para la instalación de los “equipos integrados de tratamiento de aire”, pero centralizado a nivel de monitorización y control. De esta forma la instalación voluminosa, de difícil implantación en edificios históricos, se dispersa, mientras que la de control, monitorización y programación [más fácilmente canalizable] se centraliza y concentra. Esto permite tener un control centralizado sobre el total de los espacios, a la vez que se flexibiliza y versatiliza la puesta en carga de estos de manera discriminada.

La caja blanca se proyecta con iluminación ambiental por reflexión, con el apoyo de un sistema lineal de proyectores para iluminación puntual. Todo el sistema se instala de manera oculta sobre un falso techo de acero inoxidable pulido creando un “cielo raso” que propicia una nueva lectura del espacio y su extensión a nivel perceptivo.

Presupuesto:

Presupuesto de ejecución material: 12.832.238,50 €

Capítulo
Importe €
1
Demoliciones y trabajos previos
354.808,00
2
Movimiento de tierras
236.539,00
3
Cimentación
413.943,00
4
Saneamiento
236.539,00
5
Estructura
2.365.390,00
6
Albañilería
709.617,00
7
Cubiertas
1.182.695,00
8
Fontanería – Solar térmica
236.539,00
9
Aislamientos
118.269,00
10
Revestimientos
1.537.503,00
11
Carpintería / cerrajería
591.347,50
12
Vidrierías
473.078,00
13
Pinturas
236.539,00
14
Electricidad
354.808,50
15
Urbanización
354.808,00
16
Instalaciones especiales
295.673,75
17
Iluminación
295.673,75
18
Gestión de residuos
236.539,00
19
Museografía
2.247.120,50
20
Seguridad y salud
354.808,50


Descargas

Propuesta museográfica (4,96 Mb)